Identidad 2.0

Tiempo de lectura: 5 min

¿Sabemos qué es nuestra identidad digital? ¿dónde empieza y hasta dónde abarca? ¿conocemos qué derechos digitales tenemos?

Hoy en día para hacer muchas cosas básicas de la vida se necesita interactuar con una aplicación, una web o una máquina, por lo tanto, pocas personas quedan exentas de una identidad digital y nuestra huella digital no para de crecer. Es algo cada vez más presente y me he querido parar a reflexionar cuánto sé y qué pienso al respecto.

He decidido tratar la Identidad digital como reflejo y extensión de un individuo en línea.

Con cada acción que realizamos en Internet estamos dejando rastro de lo que hacemos, dejamos una huella que va construyendo nuestra identidad en la red. Si visitamos páginas de viajes dejamos entrever nuestros gustos y hobbies, si entramos a una red social y participamos (likes, re-compartir, comentar…), estamos dejando nuestra opinión sobre gran cantidad de temas, incluso, según nuestros contactos también se nos puede conocer. Cualquier página que visitamos genera información sobre nosotros. Internet ya sabe si te gusta más la montaña que la playa, salir de fiesta o quedarte en casa, pasta o arroz, blanco o negro.

La Identidad digital excede el concepto de identificar. Nuestra huella digital hace mucho más que identificarnos como individuo dentro de la red, a través de ella se nos puede conocer tanto o más que en la vida “real” sin si quiera tener que interactuar con nosotros. Por ejemplo, alguien que no nos conozca personalmente puede llegar a conocer nuestras preferencias solo con seguir nuestro feed en las redes sociales…

Es difícil definir este término ya que es una mezcla entre lo que se observa y lo que se revela, hechos objetivos y valores subjetivos, autoevaluaciones y valoraciones de otros.

La identidad digital (también llamada Identidad 2.0) es una extensión de nuestra realidad física o de lo que somos nosotros mismos y, por tanto, puede condicionar nuestra vida. No tiene por qué corresponderse obligatoriamente con la identidad real de un individuo o corporación, pero sí afecta a su reputación y a la imagen que los demás se construyen sobre él o ella. Por eso es tan importante contar con una buena formación al respecto y conocer los aspectos relacionados con la privacidad y seguridad en línea, de igual forma que tenemos clara la privacidad y seguridad en el plano físico. Muchas personas lo desatienden ya que puede dar la falsa sensación de que nuestra vida física está separada y la podemos aislar de lo digital, cuando no es verdad. Ambas identidades se entrelazan y se convierten en indivisibles.

Además, una característica propia de internet y de la identidad 2.0 es la permanencia de los datos, esto quiere decir que la información queda registrada y los efectos se prolongan en el tiempo. Si llegan a la red datos personales o comprometedores que nunca quisimos que fueran de dominio público, datos de los que nos arrepentimos o queremos limitar su propagación, hemos perdido su control. Ya pertenecen a Internet y las empresas que alojan en sus servidores los datos. Será de todos y para siempre, a menos que se luche por la corrección de los mismos (con lo difícil que esto puede llegar a ser).  Esto hace que todo lo que hagamos cobre mayor visibilidad y tengamos que pensar un poco más antes de actuar. Como respuesta a este problema surgió el Derecho al Olvido que comentaré más adelante.

En el año 1998 la identidad digital que teníamos al alcance era muy pequeña, quizás algún teléfono inteligente, correo electrónico… En el año 2003 aumenta la identidad digital, aparecen cámaras de fotos digitales más sofisticadas, el buscador de Google irrumpe con fuerza en nuestras vidas. En el 2008 las redes sociales se consolidan en el mundo entero.

2020 fue el año de La Pandemia, y supuso un gran empujón y afianzamos nuestras interacciones en línea. Se calcula que para dentro de 10 años, con la velocidad que lleva el desarrollo tecnológico y la cantidad de dinero que son capaces de invertir las grandes tecnológicas, ya existirán dispositivos que permitirán completar tu pensamiento .


Entiendo que las generaciones que han vivido sin identidad digital mucho tiempo tienden a preservar su identidad digital pequeña, mientras que los nacidos en el mundo digital no conocerán casi lo que es vivir con mayor peso en la identidad analógica. Solo intento aclarar en qué consiste la identidad digital y qué cosas deberíamos tener en cuenta en ese medio en el que las acciones quedan registradas, persisten en el tiempo, la privacidad queda cuestionada y, encima, cuenta con diseños técnicos que nos atrapan.

¿Qué derechos digitales tenemos?

En el 2018 se completó la ley de protección de datos en Europa y se añadieron 17 derechos digitales, entre ellos encontramos:

  1. Derecho a la neutralidad en internet
  2. Derecho de acceso universal a internet
  3. Derecho a la seguridad digital
  4. Derecho a la educación digital
  5. Derecho a la rectificación en internet
  6. Derecho a la actualización de informaciones en medios de comunicación digitales
  7. Derecho a la intimidad y uso de dispositivos digitales en el ámbito laboral
  8. Derecho a la desconexión digital en el ámbito laboral
  9. Derecho a la intimidad frente al uso de dispositivos de videovigilancia y de grabación de sonidos en el lugar de trabajo
  10. Derecho a la intimidad ante la utilización de sistemas de geolocalización en el ámbito laboral
  11. Derecho al olvido en búsquedas de Internet
  12. Derecho al olvido en servicios de redes sociales y servicios equivalentes
  13. Derecho de portabilidad en servicios de redes sociales y servicios equivalentes
  14. Derecho al testamento digital
  15. Protección de datos de los menores en Internet

Para más información acerca de los derechos he visto que viene muy bien explicado en este link.

Como curiosidad, el derecho al olvido surgió en tierras españolas, cuando la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) decidió reconocer y hacer suyas las reclamaciones de 90 ciudadanos, en la misma ola que llevó a los madrileños a salir a la calle el 15M. Estos casos que acogió la AEPD estaban relacionado con borrar parte de su identidad digital de internet donde todo el mundo tenía acceso a información que ellos ya no querían compartir. Hablamos de casos en los que una búsqueda en google podía mostrar enlaces con información relativa a resolución de casos judiciales, pudiendo perjudicar al individuo aún mucho tiempo después. La AEPD elevó algunos casos al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, lo que terminó derivando en el llamado “derecho al olvido” como uno de los principios fundamentales del derecho comunitario.

¿Cómo se pone uno el cinturón de seguridad en la autopista digital?

Esto es una pregunta que debería hacerse todo el mundo. Una parte fundamental es la educación para conocer los posibles peligros y cómo evitarlos. Pasaría por temas como ganar en criterio digital para saber qué cosas tienen mala pinta, ser cauteloso cediendo datos de forma gratuita, no exponiendo gran porcentaje de la vida privada por internet, no tener perfiles públicos etc. Por otra parte, se puede utilizar herramientas técnicas que nos ayuden en este propósito, como por ejemplo los antivirus, anti-phishing, herramientas que nos ayuden a gestionar el tiempo que pasamos con los dispositivos en línea…

¡Espero que este artículo haya sido de tu interés!

Si has llegado hasta aquí leyendo ¡muchas gracias! (significa que has estado concentrado por lo menos 5 minutos). Ya puedes levantar la mirada de la pantalla donde sea que hayas leído esto y “estirar la vista”, esto significa apagar la pantalla y acercarte a la ventana ¿tienen hojas los árboles?

¡Que tengas un bonito día!

  1. Alex 20 de febrero de 2022 at 16:15

    ¡Importante tema! Solo quería comentar que desde el punto de vista técnico, y respecto de la parte de la identidad digital que se forma de forma pasiva (no como en las redes sociales), una de las herramientas más sencillas que tenemos para tomar más control es utilizar navegadores centrados en la privacidad. Por ejemplo Bromite, Brave, Firefox… (no Google Chrome). Y también alternativas al buscador de Google: Ecosia, DuckDuckGo…

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    1. Rocío López 24 de febrero de 2022 at 22:21

      Hooola Alex! 🙂
      La verdad que si me das permiso voy a editar la entrada añadiendo esta información. Estuve dando vueltas a dar más trucos técnicos pero al final, quizás por no liar o alargar, lo dejé. En realidad se puede montar un artículo entero solo acerca de eso también… lo añado en la lista de ideas!
      MUCHAS GRACIAS por tus aportaciones, ya sabes que lo valoro mucho!!

      Respuesta

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