“Cuando la información abunda, la atención se convierte en un bien escaso”

Tiempo de lectura: 5 min

La verdad que el objetivo que me había marcado de publicar un artículo cada dos semanas se está viendo truncado por eso de trabajar 8h al día, dormir (otras 8h si se puede), leer, hablar con las personas más cercanas y vivir entre las montañas alejada del ritmo urbano… Sin embargo ¡sigo avanzando ilusionada con este proyecto! De hecho, me ha surgido participar con una charla en un congreso en octubre del que ya daré más detalles.

Me he terminado el libro de Clics contra la humanidad – libertad y resistencia en la era de la distracción tecnológica de James Williams y ha dado mucho que pensar, seguramente tenga que repartirlo en un par de artículos ya que uno se quedará corto.

James Williams trabajó durante 10 años en Google, donde destacó como uno de los estrategas más talentosos, y obtuvo el Founders Awards, el máximo reconocimiento de la compañía. Tras tomar consciencia del impacto negativo de la tecnología digital sobre sus usuarios, abandonó Google para investigar en filosofía y la ética de la tecnología obteniendo un doctorado en la Universidad de Oxford. Es cofundador de la iniciativa que ha derivado en el Centro para la Tecnología Humana. Vamos, un grande.

Williams habla de una distracción colectiva profunda, nunca antes definida ya que nunca nos habíamos enfrentado a algo de estas características y de lo que no se sabe todavía qué consecuencias puede dejar en la naturaleza humana. Según él nos falta vocabulario, necesitamos palabras que todavía no existen, para poder expresar realmente lo que está pasando y lo comprendamos.

Me gusta un ejemplo del libro que utiliza para describir la naturaleza del problema.  Cuando usamos un GPS (como Google Maps) para ir a cualquier sitio, nuestro objetivo es llegar de forma óptima a una dirección concreta: no perder mucho tiempo. Imaginemos que un día el GPS nos lleva a una dirección aproximada, dejándonos a unas calles de nuestro destino, después para volver a casa nos dirige al lado opuesto de la ciudad. Supongamos que en este caso el propósito del GPS es que durante la trayectoria en coche pasemos en frente de un escaparate de ropa nueva a ver si hay algo que nos llame la atención y queramos comprar. Esto causaría un aumento enorme del tiempo de desplazamiento ya que tendríamos que remendar el error. Pensaríamos que el dispositivo funciona mal y nos causaría mucha frustración, querríamos apagar el móvil y no usarlo nunca más por habernos hecho perder el tiempo.

Es curioso que en el mundo cibernético PASA EXACTAMENTE ESTO, se nos despista de aquello que estamos intentando hacer (mediante publicidad muy personalizada, notificaciones constantes, contenido sugerido que seguro que nos interesa, muchísimas conversaciones en chat), pero en este caso somos muy tolerantes ya que es casi imperceptible.

Los objetivos de las grandes tecnológicas, según Williams, no son nuestros objetivos.

Que las grandes tecnológicas quieran maximizar el número de visualizaciones, el tiempo de permanencia, número de clics, etc, es difícil que cuadre con nuestros objetivos personales del tipo: encontrar una buena casa de vacaciones, aprender idiomas, conocer otras culturas, etc. Para eso habría que utilizar otro tipo de indicadores diferentes para cada caso. Esto es difícil de conseguir ya que va en contra del modelo de negocio actual existente en internet, el cual cobra en función del tiempo de visualización o clics sobre la publicidad.

La industria tecnológica no organiza la información, sino que gestiona la atención.

La mayoría de las aplicaciones y webs que dan servicios gratuitos no son herramientas neutrales. Estos sistemas no solo causan distracción particular, sino que su uso es mayoritario y por lo tanto acaba modelando a toda una sociedad.

Toda una sociedad distraída sin percatarse, “¿Qué resultado cabe esperar? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias para nuestros intereses compartidos, nuestras metas comunes, nuestras identidades colectivas y, en definitiva, para la democracia?”.

A lo largo del libro, Williams hace hincapié en cómo todo esto puede afectar a nivel político y me ha resultado interesante ya que yo suelo centrar mi estudio en cómo nos afecta a nivel personal.

Siempre he pensado que a nivel personal puedes tomar ciertas acciones para autorregularte, pero es cierto que, aunque uno mismo tome acciones se ve afectado por cómo el resto de la sociedad se comporta al respecto. El símil más parecido que encuentro con todo esto es el cambio climático: uno puede tomar acciones para generar poco impacto ambiental, pero al final te ves condicionado por lo que haga el conjunto de la sociedad y las grandes empresas que lideran el mundo.

Además de los desvíos de atención, se suma el bombardeo de información constante al cual estamos sometidos. Este problema es análogo con el famoso juego del Tetris: a mayor velocidad y volumen de figuras que van cayendo en la pantalla de juego hay una mayor pérdida de control, más difícil de jugar y colocar bien las figuras y más posibilidades de perder.

Lo mismo sucede con la información, estamos tan saturados de información y sucede todo tan rápido que se produce una escasez de atención y perdemos el control, y “es precisamente aquí […] donde surgen los problemas personales y políticos […]”.  Demasiada información, demasiados planes, demasiadas expectativas. ¿Cuánto tiempo hace que pensaste “me faltan horas del día para hacer todo lo que quiero”?

Ya de por sí, vivimos acelerados por la cantidad de posibilidades a nuestro alcance, pero el uso abusivo del móvil y las apps proporciona un mayor sentimiento de aceleración y de pérdida de control.

Para Williams, estamos condenados a vivir en la “cinta sinfín de la incompetencia”, ya que, sumados a la distracción continua, se añade la constante optimización de productos existentes y la creación de nuevos productos. Las aplicaciones evolucionan demasiado rápido, esto causa que seamos familiares con la tecnología, pero tengamos que estar constantemente aprendiendo y adaptándonos y nunca lleguemos a dominarla lo suficiente como para ser conscientes de su influencia persuasiva.

A mí me pasa por ejemplo con las actualizaciones del móvil. Cuando actualizo a una nueva versión de iOS (iphone), a veces noto cambios en la pantalla o funcionalidades que me fuerzan a probar en qué consisten sin tener mucha idea. Al final aprendes a utilizarlo como buenamente puedes, pero creo que muy poca gente hoy en día busca tutoriales en cómo usar la última versión de algo y por ello es muy posible que lo estemos infrautilizando, una pena, pero es que ¡no tengo tiempo!.

El libro profundiza en un nuevo vocabulario dividiendo la atención en tres conceptos y propone una brújula como solución a todo esto, ya que no hay una fórmula matemática que lo solucione del todo. Pretendo hablar un poco más de las vías que propone como soluciones en uno de los próximos artículos, así como de los tres focos de la atención, pero si tuviera que destacar algo elegiría la incidencia que hace en la necesidad de alinear los objetivos y valores de las grandes tecnológicas a nuestros objetivos reales, nada fácil con el sistema establecido…

Pero seamos pacientes, ¡Roma no se construyó en dos días!

Si has llegado hasta aquí leyendo ¡muchas gracias! (significa que has estado concentrado por lo menos 5 minutos). Ya puedes levantar la mirada de la pantalla donde sea que hayas leído esto y “estirar la mente”, esto significa apagar la pantalla y escuchar ¿qué sonidos te rodean?

¡Que tengas un bonito día!

  1. Alex 23 de junio de 2021 at 17:15

    Cierto. No hay Instagram o Facebook sin publicidad. Pero hay la opción de no-Instagram y no-Facebook ^^ Sí, soy un poco radical con esto…

    Respuesta
  2. Alex 22 de junio de 2021 at 16:32

    ¡Muerte a la publicidad! ;P

    Respuesta
    1. Rocío López 23 de junio de 2021 at 16:21

      jaja exacto, pero no podemos deshacernos de la publicidad sin más… por ejemplo en redes sociales es imposible. No existe la opción de pago para quitarte la publicidad super-mega personalizada y navegar tranquilo sin interrupciones, debe de salir más rentable mantenerlo así :/ ¡Yo estaria dispuesta a pagar un módico precio por quitar todas las distracciones INTENCIONADAS!

      Respuesta

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